NOTA DEL EDITOR

Por Fabio Gentili*

Es un orgullo para los integrantes del Centro de Estudios Populares que el primer libro que editemos sea precisamente “Crónicas de las causas aparentemente perdidas” de Néstor Sappietro. 

Esto que quizás parece una contradicción, ya que nuestro perfil como institución está centrado en investigar, debatir, difundir el pensamiento político, filosófico y cultural latinoamericano y acorde con esto generar propuestas de gestión pública en diversos ámbitos, no lo es en absoluto. 
Desde adolescentes participamos soñando en la construcción de una sociedad justa e igualitaria. En este camino, miles de veces nos encontramos con obstáculos que parecían insalvables; casi diariamente ante nuestro entusiasmo esperanzado nos retrucaban con frases lapidarias como consabidas: “no se puede”; “son buenos pibes pero inocentes, la realidad es otra cosa”; “ tenemos todo para ser un gran país, lástima que esté lleno de argentinos”; “ que querés con este pueblo de mierda”; y otras por el estilo. Tampoco nos ayudaban mucho los actores políticos: comenzamos luchando contra la dictadura cívico-militar genocida; nos esperanzamos y rápidamente nos desilusionamos con la democracia alfonsinista ( no alcanzaba cambiar de sistema para comer, curarnos y educarnos); apoyamos al innombrable cantando “Patria si, Colonia no” y nos respondió construyendo la segunda década infame, fruto de la corrupción y la entrega quizás más grande que conociera nuestra historia. Cuando creímos despojarnos de la delincuencia a través de la Alianza, la realidad nos concientizó duramente, demostrando que el robo más grave e imperdonable es seguir siendo un país dependiente de los poderes financieros externos e internos. El 2001 nos encontró luchando codo a codo con militantes políticos, piqueteros, sectores medios y caceroleros,; y quizás la ilusión llegó al tope cantando y escuchando aquello de “piquetes, cacerolas, la lucha es una sola”, pensando que por fin la unidad popular era posible para construir una patria de hermanos. Pero esa unidad también se desvaneció tras el default, la catarata de planes sociales, los incontables presidentes, las ganancias de los bancos y el despojo de millones de pobres. Casi perdimos por disolución, pero apareció de nuevo la historia, la movilización, la discusión, la construcción concreta (no en teoría) de la Patria Grande Latinoamericana. 

Y aquí estamos ahora, como siempre, acompañando a los humildes, construyendo lo que también pareció muchas veces como una “Causa aparentemente perdida”: la liberación definitiva de la Nación. 

*Presidente Centro de Estudios Populares

No hay comentarios:

Publicar un comentario